Rendir en época de exámenes
Desde hace años, neurocientíficos, psicólogos e incluso nutricionistas han investigado sobre ello y han llegado a algunas pautas y recomendaciones para afrontarlos de la mejor manera. A continuación vamos a centrarnos en aquellos que hemos considerado más útiles o sencillos de llevar a cabo.
Crea un espacio cómodo, que te permita estudiar de manera relajada y sin distracciones
- Mantén tu espacio de estudio limpio y ordenado, a poder ser con pocos estímulos visuales que puedan distraerte.
- Evita ruidos y sonidos que puedan desconcentrarte, si no es posible, ponte cascos o tapones que amortigüen el sonido o incluso una música relajante o que favorezca tu concentración (en muchas plataformas gratuitas podrás encontrar una gran variedad, busca la que mejor te funcione).
Elige la hora del día en la que seas más productivo, normalmente recomiendan que estudies a primera hora, ya que en teoría es cuando más “fresco” estás, pero cada persona es un mundo y hay quien prefiere estudiar a medio día, por la tarde o incluso de madrugada, lo importante es que aproveches esas horas de mayor concentración de tu cerebro.
Hábitos y rutinas, nuestro cerebro funciona mejor cuando lleva una rutina, una vez que has encontrado tus horas “buenas”, crea tu habito de estudio en torno a ellas, es decir, planifica tus comidas, descansos y actividades de desconexión de manera que te permitan mantener “intocables” esas horas claves para tu estudio. Además si empiezas y acabas más o menos siempre a la misma hora, tendrás mayor facilidad para centrarte en lo que estás haciendo en ese momento.
Un buen estudio, por supuesto que para superar un examen con éxito es necesario estudiar, pero a veces no es suficiente solo con estar delante de los libros y repetir una y mil veces lo mismo, de hecho, eso en ocasiones suele ser hasta contraproducente. Algunas de las técnicas de estudio que mejor funcionan son:
- Leer para comprender el texto y no para memorizarlo, está demostrado que cuando comprendes algo tienes mayor facilidad después para aprenderlo.
- Haz un resumen con tus propias palabras, siempre es más sencillo retener la información que tú mismo has elaborado.
- Subraya las ideas clave o más importantes para elaborar un esquema a partir del resumen. Es decir, la idea es ir de más cantidad de información a menos.
- Intenta escribir a mano tanto el resumen como los esquemas y léelos en voz alta, de esta manera la información llega desde varias vías y es más sencilla de retener.
- Puedes utilizar diferentes colores a la hora de subrayar y escribir el esquema, incluso puedes hacer pequeños dibujos que ayuden a tu memoria fotográfica a recuperar después la información. Toda ayuda es bienvenida.
Ahora que ya tienes el temario estructurado es el momento de memorizar, cuanto más hayas comprendido el temario, menos tendrás que hacerlo, y eso a la hora de preparar una prueba, sobre todo una que tenga muchos temas, es tiempo que ahorras, y lo más importante, facilitas que no te quedes en blanco (la memoria palabra por palabra es mucho más limitada cuando sientes presión).
- Utiliza reglas mnemotécnicas o dibujos para memorizar fácilmente el tema, hay infinidad de ellas, desde acortar palabras, hacer listas, canciones,… hasta encadenar palabras opuestas sin sentido para que ayuden a su evocación (lo ideal es investigar y probar hasta encontrar la que mejor te funcione en cada caso).
Tan importante como estudiar, es repasar y es que muchas veces olvidamos darle el valor que tiene. Una vez que ya nos hemos estudiado algo, debemos ir repasándolo para que se mantenga en la memoria y no tengamos que volver a estudiarlo pasado un tiempo.
- Los repasos al principio son más continuados, y a medida que vayamos asimilando el contenido podremos ir espaciándolos más.
- Los simulacros de examen o las autoevaluaciones te ayudarán a saber de manera objetiva cómo llevas realmente el tema y por tanto donde tienes que hacer más hincapié o repasar más.
Los descansos también son muy importantes para darle a tu cerebro un respiro y que pueda desconectar para posteriormente seguir rindiendo, no sirve de nada pegarse un atracón informativo si luego va a estar agotado para continuar al día siguiente. Recuerda que lo importante es aprender y eso lleva un tiempo. Nuestro cerebro suele bajar el rendimiento a los 45 minutos, pero si te sientes centrado y te está cundiendo, aunque lleves más tiempo, no pares hasta que notes los síntomas de cansancio, esos “picos” de concentración es bueno aprovecharlos.
- Se recomienda descansar unos 5-10 minutos por cada 45 de estudio o unos 15-20 minutos cuando ya llevamos hora y media o más.
- Aprovecha los descansos para relacionarte con familiares y amigos, esto mejorará tu estado de ánimo y te ayudará a rendir mejor.
- Nuestro cerebro necesita dormir entre 6-8 horas para poder asentar y fijar los conocimientos. No descansar bien lo único que hace es aumentar la ansiedad y bajar la capacidad de concentración.
Haz ejercicio, está demostrado que nuestro cerebro funciona muchísimo mejor cuando la persona está activa, no es necesario que hagas grandes maratones, es suficiente con andar 30 min o algún entrenamiento que te active. De esta manera también llevarás a raya el estrés y descansarás mejor cuando duermas.
La alimentación y beber abundante agua también juegan un papel fundamental a la hora de estudiar, cuanto mayor nutrido esté tu cerebro, mejor podrás hacerlo.
- Las verduras (especialmente el brócoli y la zanahoria) por su rica composición en antioxidantes, vitaminas y minerales ayudan a mantener la mente activa.
- El chocolate negro (mínimo 70%) mejora la memoria y la claridad mental gracias a los flavonoides.
- Frutas (sobre todo plátano y arándanos) reducen el estrés y mejoran la concentración.
- Pescados azules, aguacate, nueces y complementos de ácidos grasos como el DHA, mejoran notablemente la memoria, aumentan la concentración y optimizan el rendimiento neuronal (estudiar más fácilmente). Una buena concentración de estos ácidos es necesaria para el buen funcionamiento cerebral, además estos ácidos están relacionados con la prevención de la pérdida de la memoria en trastornos degenerativos.
En palabras de la Dra. Ana Fraile Oliva, especialista en nutrición "Es importante llevar una dieta” rica en legumbres, fruta y verdura, cereales integrales y grasas saludables; y baja en grasas saturadas y azúcares simples, son la clave para mantener la agilidad mental y el poder de concentración.
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